Prólogo: Marie
Todo comenzó un día lluvioso, caía tal tormenta que no se podían ver a más de dos metros en cualquiera dirección. Los niños miraban por la ventana con cierta pena mientras sus padres les esperaban en sus cuartos con la peor tortura de todas: los deberes. Nada ni nadie podía evitarlo y resignados se acercaban a sus libros de texto mientras sus mentes estaban lejos, en el parque con los amigos o en cualquier otro lugar deseado. El poder de la imaginación era poderoso a tempranas edades, lástima que se perdiera en el transcurso de los años.
Ese día era un gran día para la pequeña Marie, criatura de 6 años de edad. Estaba en su casa mirando por la ventana mientras sus padres le cantaban un "cumpleaños feliz" que ella no escuchaba. Incluso cuando la apartaron, con cierta brusquedad, del frío cristal para que abriera sus múltiples regalos comprendieron que no podían atraer su atención. Ella seguía mirando a través de las gotas de agua que caían con fuerza, había algo que captaba su atención, que la atraía con tanta fuerza que no era capaz de hacer otra cosa. Solo mirar y esperar... sin saber que debía esperar seguía mirando a una criatura de ensueño, a un ser fantasmagórico que estaba al otro lado, mojándose. Estaba hechizada por aquellos ojos plateados, aquella sonrisa triste y el sonido de su voz, que cantaba con gran delicadeza en un idioma que desconocía.
La obligaron a acostarse mientras sus padres la miraban con reproche, desilusionados con el fracaso de su fiesta de cumpleaños. Marie seguía absorta mientras escuchaba la canción al ritmo de las gotas de agua. Cuando por fin la dejaron sola se levantó con gran velocidad con la intención de abrir la ventana y poder ver mejor a aquella criatura. Ella seguía allí, mirándola, cantando mientras se aceraba y se apoyaba en el cristal. Marie abrió la ventana y cogió a la criatura, pero esta se negaba a entrar. Comprendió, al ver que la parte inferior de su cuerpo tenía escamas, que su habitación estaba "demasiado seca" para ella. Vio que de su espalda brotaban dos alas de diferente color, una blanca, otra negra, que se movían a la vez con cierto ritmo.. - Tengo un regalo para ti- digo el ser con una dulce voz- te daré mis ojos para que puedas ver el resto de mi mundo. Algún día tendrás que ir allí.
Marie se quedo helada. No comprendía sus palabras pero cuando sintió su mano en la frente y experimentó tal dolor que comprendió que todo era real y no pudo hacer más que gritar e intentar huir.
Los padres de Marie entraron corriendo en la habitación, asustados por el grito de su hija y lo que vieron los dejó sorprendidos. Ante ellos estaba una Marie pálida, mirándoles con una mirada vacía, sin sentimiento alguno, mientras un extraño símbolo le brillaba en la frente.
Me ha encantado!!
ResponderEliminarMe gustaría que siguieras escribiendo, la historia es genial, ten cuidad con cosas como:
[...]Tengo un regalo para ti - digo el ser[...]
Pero por lo demás genial de verdad!!
fallo... :ups: tendré cuidado^^
ResponderEliminargracias!
Exijo capitulo YA!!!!!
ResponderEliminarNo puedes dejarnos con la intriga una semana :nono: No sería humano.
Espero el siguiente con ansias!!!
Me encanta!! por favor sigue escribiendo *_*
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